De mica en mica...

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Xerrades-Tallers-Espais familiars-Orientació per educadors ,educadores i persones vinculades amb l'àmbit de la infància i l'adolescència.

martes, 6 de diciembre de 2011

Temps de ser gran, i també petit...


Después de las últimas charlas con padres y madres de nenes y nenas que están pasando aquel umbral que cierra la puerta a la infancia y la abre a la adolescencia, tengo el registro de que estas vivencias de cambios producidas por la pubertad y todos los avatares que ocasiona en el cuerpo que esta dejando de ser infantil conmueve a los adultos que deberán redefinir su rol de padres para poder estar a la altura de las circunstancias.
Padres y madres suelen "pre-ocuparse" bastante - incluso antes de la llegada de esta etapa- “pre-ocupación” porque esta etapa tiene mala prensa y todo cambio despierta temores y también duelos que se deberán efectuar y no se producen en sincronía temporal , es decir no suceden al mismo tiempo en el hijo  o hija y cada uno de sus padres.


Preguntan los padres: ¿es problemática la preadolescencia?


Disponer de un espacio de escucha , escucharse y ser escuchado,puede ayudar a los padres a discrimnar lo que es producto , resultado"normal" de la adolescencia y lo que es motivo de alarma y daría motivos para "ocuparse"


Cabe aclarar que no todo adolescente es igual ni  tampoco  todos son ”problemáticos”. De lo que si se trata es de una etapa delicada y diferente en la que hay que ir dejando en el camino los privilegios de la vida infantil y construir una nueva identidad al margen de los modelos familiares pero sirviéndose de éstos.Tiempo de  cambios profundos y reestructuraciones tanto a nivel externo como interno. El pasaje por estos cambios implica dejar atrás modelos de relación tal como funcionaban hasta ahora.
Un factor clave es la comunicación. Tendremos en cuenta que la comunicación conlleva una cuota de malentendido siempre y una vez considerado esto, es decir , dejando atrás nostros como adultos el “ideal comunicacional” deberíamos buscar maneras de establecer más espacios de conversaciones y menos interrogatorios.
Habitualmente los adultos estamos acelerados, ocupados, con prisa y quisieramos saber que ha hecho, con quien ha estado, pero si no lo tomamos con tiempo (disponibilidada) y con calma, ellos no se extenderán ni se explicarán , apremiados por nuestro tiempo pareceremos más policías que padres o madres.
Tener conversaciones con los adolescentes no es fácil , los tenemos enganchados al ordenador donde encuentran de todo, música , amigos , la información que les interesa. Tenemos que encontrar nuevas fórmulas para hablar con ellos y ellas.
El”ahora no puedo”  cuando se acercan  ,sea porque estamos ocupados o con la televisión encendida, no ayuda a crear estos espacios para hablar...Somos nostros los que deberíamos ofrecernos disponibles y después él o ella decidirá si quiere hablar y no a la inversa.


La vivencia de la adolescencia guarda estrecha relación con la forma en que se ha vivido la infancia.Si durante la etapa infantil ha habido un vínculo afectivo seguro con los padres, esto aunque transformado continuará tomando las formas características de la adolescencia, es decir  es fundamental que estos adultos se sientan capaces de estar y acompañar además de establecer límites. Si el vínculo fuera más ambivalente , la relación puede que sea más conflictiva..Cuando pensemos en la comunicación debemos considerar aspectos verbales y no verbales y que durante la infancia de alguna manera hemos econstruído algún patrón de comunicación, también se debe tener en cuenta que no es irreversible y que se puede cambiar.


En el trasncurrir de la adolescencia toca separarse de los padres, organizar y construir lo que es público y qué es privado.El adolescente porque se está haciendo grande comienza  a poner distancia, ahora es una necesidad más tener intimidad. Parte del duelo que toca hacer a los padres tiene que ver con que habrá cosas que ya no explicará. Muchas veces los adultos buscando proximidad hacen uso del “argot” o los códigos léxicos  de sus hijos e hijas , la cuestión es que utilizar el mismo lenguaje que ellos no funciona, ambas partes se sienten incómodas.


No existe ningún adolescente que acepte la herencia de la generación precedente.Su desafío es encontrar una forma de vivir.Como adultos , referentes, sería oportuno recordar la propia adolescencia que seguramente ha sido diferente y que además, por primera vez ,toca vivirla  desde la otra perspectiva.Al mismo tiempo  tener presente que en este pasaje hay un punto doloroso( de pérdida y nuevos encuentros) que cada uno deberá resolver por sus propios medios y que no podemos evitarselo.


A modo de reflexión, puede decirse que no habría una diferencia sustancial entre el adolescente actual y el de las generaciones anteriores.Es decir, su ocupación sigue estando en la la búsqueda de la autonomía, poniendo su energía en las relaciones con sus pares-los iguales-, la novedad que trae la sexualidad sigue siendo una fuente de inseguridades y satisfacciones. 
La diferencia , o la particularidad está más bien en relación al momento histórico y los valores imperantes en nuestra época, léase: influencia de las nuevas tecnologías  en los modos de relacionarse que implican (móviles, chats, facebook) , las nuevas adicciones( internet,...), nuevas formas de autoridad d ela sociedad actual.
Por último , que sea una etapa delicada debe tenerse en cuenta no solo desde la vertiente de la irrupción hormonal y los cambios vertiginosos que se operan en el cuerpo; sino porque el púber vive el drama que ni la familia ni el grupo cubren completamente sus necesidades afectivas que además son muy intensas en esta época de su vida.Están deambulando entre la necesidad de crear su nueva identidad dejando de lado los modelos de la infancia y por eso se manifiestan rebeldes “sin causa” y la necesidad de buscar /encontrar otras referencias en el exterior.


En la “pre-adolescencia” esta crisis de crecimiento no siempre se presenta con tanta intensidad aunque haya nenes y nenas que a causa de los vertiginosos  cambios sociales de  la época parecieran “adelantarse” en el tiempo y al hacerlo ponen de manifiesto las características típicas de la entrada en la adolescencia.


1 comentario:

  1. Hace veinte años que trabajo con adolescentes, niños desde los dos años y todo lo que sigue hasta los noventa, y los cambios posibles de ver son muy interesantes, ayudan a comprender los de la familia. Creo que me ayudó el ver a los otros, las distintas posibilidades de ser y, sin embargo, similares, que te permite comprender mejor a tus hijos.

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