De mica en mica...

De mica en mica...
Xerrades-Tallers-Espais familiars-Orientació per educadors ,educadores i persones vinculades amb l'àmbit de la infància i l'adolescència.

domingo, 28 de octubre de 2012

Temps de construir ponts...



És encoratjador trobar-se amb persones que realitzen aquesta tasca dins del marc d'un projecte i poder oferir eines i recursos als educadors i les educadores dels més menuts.

Vet aqui una resposta de la Verónica Bronstein (directora)
"-Treballeu amb adults, però us adreceu a infants...
-Vam començar a treballar amb adults perquè enteníem que si interveníem en la formació dels adults i dels agents socials que treballen amb infants, els nens es beneficiarien més que si fèiem una activitat per a nens d’una hora de durada. Si fas una activitat de formació destinada a 30 professors, això arribarà a centenars de nens. "

Temps de compartir amb les educadores de les escoles bressol























El món emocional dels infants.


Una trobada de formació i intercanvi que" trascendeix les fronteres" i arriba a les educadores de les escoles bressol de Reus de la mà de  Mariana Salvi i Verónica Bronstein (Institut de la Infància
Amb l'objectiu, entre uns altres d' oferir un espai de divulgació sobre aspectes del creixement i desenvolupament dels infants en els primers anys de vida , així com la interrelació del nen amb la societat en la qual creix.

Un encuentro de formación e intercambio que "trasciende las fronteras " y llega a las educadoras de las EBM de Reus de la mano de Verónica Bronstein del Institut de la Infancia y 
Mariana Salvi. Con el objetivo entre otros, de ofrecer un espacio de divulgación sobre aspectos del crecimiento y el desarrollo de los infantes en los primeros años de vida, así como la interrelación del niño con la sociedad en la que crece.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Las pequeñas virtudes




En relación con la educación de los hijos, pienso que se les debe enseñar, no las pequeñas virtudes, sino las grandes. No el ahorro, sino la generosidad y la indiferencia respecto al dinero; no la prudencia, sino el valor y el desprecio del peligro; no la astucia, sino la franqueza y el amor a la verdad; no la diplomacia, sino el amor al prójimo y la abnegación; no el deseo del éxito, sino el dese o de ser y de saber. Solemos hacer, sin embargo, lo contrario: nos apresuramos a enseñar el respeto por las pequeñas virtudes, basando en ellas todo nuestro sistema educativo. Elegimos, de este modo, el camino más cómodo; porque las pequeñas virtudes no encierran ningún peligro material, antes bien, resguardan de los golpes de la fortuna. Olvidamos enseñarles las grandes virtudes y, no obstante, las amamos, y queremos que nuestros hijos las tengan; pero confiamos en que broten espontáneamente de su ánimo, algún día futuro, considerándolas de naturaleza instintiva, mientras que las otras, las pequeñas, nos parecen el fruto de una reflexión y de un cálculo, y, por eso, pensamos que deben ser absolutamente enseñadas.
[…] No es que las pequeñas virtudes sean, en sí mismas, despreciables, pero su valor es de orden complementario, no sustancial; no pueden estar solas sin las otras, y solas, sin las otras, son un pobre alimento para la naturaleza humana.
[…] Además, lo grande puede contener a lo pequeño, pero lo pequeño, por ley de naturaleza, no puede en modo alguno contenea lo grande.[…] Y, en general, creo que se debe ser muy cautos en prometer y dar premios y castigos. Porque la vida raramente tendrá premios y castigos; en general, los sacrificios no tienen premio alguno, y a menudo las malas acciones no son castigadas, sino, al contrario, espléndidamente retribuidas en éxito y dinero. Por eso es mejor que nuestros hijos sepan desde la infancia que el bien no recibe recompensa ni el mal recibe castigo, y que, no obstante, es preciso amar el bien y odiar el mal; y de esto no es posible darninguna explicación lógica.»
(Natalia Ginzburg, Las pequeñas virtudes)