També conegut al Japó com a Janken, és un joc de mans usualment jugat pels nens Normalment s'utilitza com a mètode de selecció com pot ser tirar els daus i així triar una persona de manera aleatòria per algun propòsit, encara que a diferència de la selecció aleatòria, es pot jugar amb habilitat si el joc es fa molt repetidament, perquè un dels jugadors pot reconèixer la tàctica no aleatòria de l'oponent. (http://ca.wikipedia.org/wiki/Pedra,_paper,_tisora)
De mica en mica...
sábado, 15 de mayo de 2010
Parlem del joc...
Se le atribuye a John Lennon , el haber dicho que la vida es todo aquello que te pasa mientras te empeñas en planificar tu futuro, desde esta óptica va esta pincelada recordando el valor del juego del carretel ( FORT-DA).
El Fort–Da (o juego del carretel), desde Freud
En el Cap. II de “Más allá del principio de placer”, Freud define el juego infantil como “una de las prácticas normales más tempranas del aparato anímico” y lo aborda desde lo que denomina “el juego del Fort–Da”, el cual describe de la siguiente manera:
“Este buen niño exhibía el hábito, molesto en ocasiones, de arrojar lejos de sí, a un rincón o debajo de una cama, etc, todos los pequeños objetos que hallaba a su alcance (...) y al hacerlo profería, con expresión de interés y satisfacción, un fuerte y prolongado o-o-o-o, que, según el juicio coincidente de la madre y de este observador, no era una interpretación, sino que significaba FORT (“se fue”, en alemán). Al fin caí en la cuenta de que se trataba de un juego y que el niño no hacía otro uso de sus juguetes que el de jugar a que SE IBAN. Un día hice la observación que corroboró mi punto de vista. El niño tenía un carretel de madera atado con un piolín (...) con gran destreza arrojaba el carretel, al que sostenía por el piolín, tras la baranda de su cunita con mosquitero; el carretel desaparecía ahí dentro, el niño pronunciaba su significativo o-o-o-o, y después, tirando del piolín, volvía a sacar el carretel de la cuna, saludando ahora su aparición con un amistoso DA (“acá está”, en alemán). Ese era, pues, el juego completo, el de desaparecer y volver. Las más de las veces sólo se había podido ver el primer acto, repetido por sí solo incansablemente en calidad de juego, aunque el mayor placer, sin ninguna duda, correspondía al segundo”.
Así, llegado a este punto de sus observaciones, Freud se pregunta “¿cómo se concilia con el “principio de placer” (esto es, dada una situación displacentera, el aparato se autorregula reduciendo la cantidad de excitación presente en la vida anímica) que el niño repitiese en calidad de juego esta vivencia penosa para él (ya que se trataba de la partida de su madre)?”, ya que las más de las veces jugaba sólo al FORT (se fue) sin el posterior DA (acá está). Y más adelante Freud halla una respuesta, a saber: “ello se debió únicamente a que la repetición iba conectada a una ganancia de placer de otra índole, pero directa”.
Por su parte, Lacan, dará una explicación que intenta ir un paso más allá del análisis precedente.
Lacan tomará el juego del Fort-Da como “respuesta a lo que la ausencia de la madre desencadena en el niño”, con lo cual el carretel no sería ya símbolo de la madre que se va y vuelve. Dice del carretel que “es un trocito del sujeto que se desprende pero sin dejar de ser bien suyo, ya que lo retiene, a través del hilo”, y agrega “y es en ese objeto en el que hemos de designar al sujeto”.
El niño que juega va incorporando el entorno a su psiquismo a la vez que va insertándose él en dicho entorno. A través del juego el niño siente, se expresa, disfruta, elabora situaciones, crea, recrea, se inventa a sí mismo, aprende, aprehende, se alegra, duela, se entretiene, en fin, vive. Es su modo, por excelencia, de “ser” en el mundo. Un niño saludable juega.
SI esto no sucede, cuando el niño no juega o su juego se observa bizarro, vale la pena estar alertas sobre la necesidad de consultar a un profesional, ya que el juego cumple un papel fundamental en la subjetivación del niño.
La vida no es un momento futuro, es, el momento presente.
En lugar de incorporar gran cantidad de conocimientos, lo importante, sobre todo en la primera infancia, es que el niño aprehenda el mundo y pueda, a la vez, insertarse en él. Esta dialéctica le irá dando las herramientas para resolver situaciones nuevas.
Y el juego contribuye a esto, a la vez que permite ir duelando el pasado o las situaciones de pérdida. El juego será un resorte privilegiado para que dichas pérdidas puedan ir siendo tramitadas y transitadas.
A veces se hace referncia al juego como MEDIO para alcanzar un fin, pero si recordamos lo dicho por Freud al definirlo como “una práctica normal”, se está refiriendo a un ejercicio habitual saludable. Para el niño el jugar es un FIN en sí mismo, por el simple placer y disfrute de jugar. Lo demás que se pueda ver o decir respecto al juego es una consecuencia de dicha práctica, y es tomado como recurso por distintas disciplinas.
Lecturas:
Freud, S.: “Más allá del principio de placer”, en Obras Completas, Tomo XVIII, Amorrortu Ed., Bs As, 1984.
Lacan, J.: “Los escritos técnicos de Freud”, en El Seminario, Libro 1, Ed. Paidós, Bs. As. 1981.
Lacan, J.: “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”, en El Seminario, Libro 11, Ed. Paidós, Bs. As. 1986.
Lacan, J.: “El reverso del psicoanálisis”, en El Seminario, Libro 17, Ed. Paidós, Bs.As. 1992.
Salman, Silvia (compiladora): “El juego, aparato del goce”, en Psicoanálisis con niños. Grama Ediciones, Bs. As. 2004.
Miller, J.A.: “El lenguaje como aparato de goce”, Colección Diva, Bs. As., 2000.
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