De mica en mica...

De mica en mica...
Xerrades-Tallers-Espais familiars-Orientació per educadors ,educadores i persones vinculades amb l'àmbit de la infància i l'adolescència.

martes, 27 de diciembre de 2011

Deadlines...... (temps o no temps)





Deadline, en inglés quiere decir algo así como el límite o el plazo; por ejemplo sería el tiempo en el que hay que acabar una tarea, entregarla a término. También puede entenderse como aquella línea que no debe traspasarse.
Entendiendo el concepto habría que observar las consecuencias de su aplicación  en algunos contextos -y como muestra, a mi entender, este vídeo no tiene desperdicio.-

¿Cuánto tiempo pasan nuestros niños en las escuelas?
¿Cual podría ser el  efecto de aprender y educarse orientados por el paradigma  de las “deadlines”?
Me permito afirmar  que la equivalencia entre “éxito escolar” =”triunfo en la vida” es una falacia,  la cual  además, simplifica la lectura de lo que los niños nos enseñan con sus producciones.

En el vídeo se promueve la idea que ”la creatividad necesita tiempo”.
Aunque suene obvio aclararlo, a veces en el ámbito educativo se confunde la creatividad con tener aptitudes, por ejemplo, para las disciplinas artísticas, esto sería limitarse a uno de los aspectos  de la creatividad.

En un sentido más amplio la creatividad es lo que cada persona pone en juego cuando le toca enfrentarse a un problema, observar, analizar posibilidades, experimentar, tomar decisiones, “inventar” una solución allí donde no existía, ...imaginar alternativas.

Es bastante difícil para un niño crecer seguro si no siente que se aceptan sus intereses o que sus logros no encajan respecto a las expectativas o los resultados que se espera anticipadamente que el consiga, ( y que además debería conseguirlo  en  determinado tiempo y de determinada manera). Es decir,  si no se respetan sus características  individuales no se le hace fácil recorrer  el camino que a él en singular le permitiría apropiarse de esa parte de la realidad.

Hay padres que se preguntan de que manera podrían ayudar o favorecer el desarrollo emocional de sus hijos. Tomando como punto de partida que no existen recetas universales, lo que si puede considerarse es al acompañamiento, el préstamo de confianza y el sostén que pueden ofrecerle a sus hijos para que éstos desarrollen lo que algunos llaman la “autoestima”.

Los niños necesitan ser reconocidos por alguien significativo, en la infancia alguien tendrá que ejercer esa función de sostén que organiza su psiquismo. Es importante para ellos que alguien pueda y quiera  escucharlos cuando comienzan a tener conflictos o dificultades con las relaciones con los otros. Esa posibilidad de dirigirse a otro para explicar lo que les pasa, confesar sus temores, que lo ayuden a  poner nombres a esos sentimientos y emociones será una gran ayuda para soportar las limitaciones y las frustraciones que implica salir a un mundo que se amplía más allá de la familia.

Somos los adultos los que deberíamos desconfiar de esta dicotomía de dos bandos:“Winner vs.Losers”(Ganadores vs.Perdedores).La oposición  no es entre alumnos buenos y obedientes versus alumnos malos y rebeldes. Sin generalizar, pero para tenerlo en cuenta, debería observarse que un buen alumno puede ser el más adaptado, el más obediente y cumplidor, pero también el más temeroso  y el menos creativo y a su vez, el que se rebela, puede ser el que piensa e interpela,.. el curioso (y puede que, hasta se aburra en la clase).


Es conveniente ir más allá de las apariencias en cuanto al comportamiento de los niños, sólo así será posible entender algo de lo que viven tal como ellos lo sienten y lo entienden incluso  cómo lo actúan.
No siempre, pero en muchos casos conductas aceptables y aparentemente bondadosas, sin cuestionamientos  ni desvíos pueden estar ocultando por ejemplo, un miedo al crecimiento y a la autonomía o disfrazar, bloquear agresividad. Es aconsejable respetar la libertad y creatividad de cada niño y así favorecer en ellos la iniciativa y toma de decisiones.

Cuando tenía 5 años mi mamá siempre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela ellos me preguntaron que quería ser cuando sea grande. Yo escribí "feliz". Ellos me dijeron que no había entendido la consigna, yo les dije que ellos no habían entendido la vida.
(John Lennon)
                                                                                                                             



jueves, 8 de diciembre de 2011

Temps de Lacadée


Entretien Lacadée partie 1 por Cravanlloyd





Petita síntesi, traduïda del francès:


“Es la cuestión del  anudamiento  preciso entre la  condición del despertar y la condición del exilio, que son realmente los dos términos fundamentales de la adolescencia.…
Pido disculpas ya que yo suelo hablar de Rimbaud porque me sirve mucho, pero Rimbaud  ilustra realmente como él, en una época precisa -en el momento en el que rechazó la escuela- … Claro que él poseía todo un saber autodidacta que él mismo se había construido: Tuvo una necesidad lógica de  inventar su propio lenguaje, con sus propias palabras, como él  decía muy bien: “Hurgo  la lengua con frenesí “, “Me hago el pillo lo más posible, todo lo que puedo en la lengua “.
Entonces, está claro. Es necesario que nuestros responsables políticos lo sepan, que la adolescencia es  un momento en el que hay como una necesidad para el adolescente, que pueda anidar en su lenguaje  -el que él se inventa– las pulsiones, la vida real que tiene en su interior. No hay otra salida. Así es como funciona la poesía: inventamos de hecho  a partir de algo que invade nuestro espíritu,  nuestra  mente, porque a través de la lengua se puede efectivamente enlazar  el cuerpo, y que el cuerpo no está separado de la lengua, al contrario de lo que cree mucha gente.
Es lo que usted demuestra muy bien a través de su trabajo sobre el teatro, la poesía. Y así vemos en esas circunstancias la verdadera vida de esos adolescentes –que están llenos de vida. 
A mí me gusta mucho venir, un  gran momento para mí cuando vengo al colegio Pierre Sémard es cuando llego un poco antes de la hora para ver cómo “viven” esos adolescentes en el patio de recreo, para ver hasta qué punto esos ojos son ojos que contienen una llamada. Y yo creo que si no somos capaces de ponernos a la altura de esa luz que brilla en sus ojos, de lo que piden y que ahí está la vida verdadera. Todos piden ser mirados, no por las cámaras de televisión. Todos piden encontrar el punto desde el cual  se les escuchará y se les mirará porque es la única manera a través de la cual podrán recuperar una imagen de ellos, cuando en otros lugares sean humillados. De ahí la importancia del colegio, que puede ser el punto desde el cual ellos se verán amables a través de un profesor. Y a partir de esto, de esta transferencia, podrán aprender.”

Entretien Lacadée partie 2 por Cravanlloyd

martes, 6 de diciembre de 2011

Temps de ser gran, i també petit...


Después de las últimas charlas con padres y madres de nenes y nenas que están pasando aquel umbral que cierra la puerta a la infancia y la abre a la adolescencia, tengo el registro de que estas vivencias de cambios producidas por la pubertad y todos los avatares que ocasiona en el cuerpo que esta dejando de ser infantil conmueve a los adultos que deberán redefinir su rol de padres para poder estar a la altura de las circunstancias.
Padres y madres suelen "pre-ocuparse" bastante - incluso antes de la llegada de esta etapa- “pre-ocupación” porque esta etapa tiene mala prensa y todo cambio despierta temores y también duelos que se deberán efectuar y no se producen en sincronía temporal , es decir no suceden al mismo tiempo en el hijo  o hija y cada uno de sus padres.


Preguntan los padres: ¿es problemática la preadolescencia?


Disponer de un espacio de escucha , escucharse y ser escuchado,puede ayudar a los padres a discrimnar lo que es producto , resultado"normal" de la adolescencia y lo que es motivo de alarma y daría motivos para "ocuparse"


Cabe aclarar que no todo adolescente es igual ni  tampoco  todos son ”problemáticos”. De lo que si se trata es de una etapa delicada y diferente en la que hay que ir dejando en el camino los privilegios de la vida infantil y construir una nueva identidad al margen de los modelos familiares pero sirviéndose de éstos.Tiempo de  cambios profundos y reestructuraciones tanto a nivel externo como interno. El pasaje por estos cambios implica dejar atrás modelos de relación tal como funcionaban hasta ahora.
Un factor clave es la comunicación. Tendremos en cuenta que la comunicación conlleva una cuota de malentendido siempre y una vez considerado esto, es decir , dejando atrás nostros como adultos el “ideal comunicacional” deberíamos buscar maneras de establecer más espacios de conversaciones y menos interrogatorios.
Habitualmente los adultos estamos acelerados, ocupados, con prisa y quisieramos saber que ha hecho, con quien ha estado, pero si no lo tomamos con tiempo (disponibilidada) y con calma, ellos no se extenderán ni se explicarán , apremiados por nuestro tiempo pareceremos más policías que padres o madres.
Tener conversaciones con los adolescentes no es fácil , los tenemos enganchados al ordenador donde encuentran de todo, música , amigos , la información que les interesa. Tenemos que encontrar nuevas fórmulas para hablar con ellos y ellas.
El”ahora no puedo”  cuando se acercan  ,sea porque estamos ocupados o con la televisión encendida, no ayuda a crear estos espacios para hablar...Somos nostros los que deberíamos ofrecernos disponibles y después él o ella decidirá si quiere hablar y no a la inversa.


La vivencia de la adolescencia guarda estrecha relación con la forma en que se ha vivido la infancia.Si durante la etapa infantil ha habido un vínculo afectivo seguro con los padres, esto aunque transformado continuará tomando las formas características de la adolescencia, es decir  es fundamental que estos adultos se sientan capaces de estar y acompañar además de establecer límites. Si el vínculo fuera más ambivalente , la relación puede que sea más conflictiva..Cuando pensemos en la comunicación debemos considerar aspectos verbales y no verbales y que durante la infancia de alguna manera hemos econstruído algún patrón de comunicación, también se debe tener en cuenta que no es irreversible y que se puede cambiar.


En el trasncurrir de la adolescencia toca separarse de los padres, organizar y construir lo que es público y qué es privado.El adolescente porque se está haciendo grande comienza  a poner distancia, ahora es una necesidad más tener intimidad. Parte del duelo que toca hacer a los padres tiene que ver con que habrá cosas que ya no explicará. Muchas veces los adultos buscando proximidad hacen uso del “argot” o los códigos léxicos  de sus hijos e hijas , la cuestión es que utilizar el mismo lenguaje que ellos no funciona, ambas partes se sienten incómodas.


No existe ningún adolescente que acepte la herencia de la generación precedente.Su desafío es encontrar una forma de vivir.Como adultos , referentes, sería oportuno recordar la propia adolescencia que seguramente ha sido diferente y que además, por primera vez ,toca vivirla  desde la otra perspectiva.Al mismo tiempo  tener presente que en este pasaje hay un punto doloroso( de pérdida y nuevos encuentros) que cada uno deberá resolver por sus propios medios y que no podemos evitarselo.


A modo de reflexión, puede decirse que no habría una diferencia sustancial entre el adolescente actual y el de las generaciones anteriores.Es decir, su ocupación sigue estando en la la búsqueda de la autonomía, poniendo su energía en las relaciones con sus pares-los iguales-, la novedad que trae la sexualidad sigue siendo una fuente de inseguridades y satisfacciones. 
La diferencia , o la particularidad está más bien en relación al momento histórico y los valores imperantes en nuestra época, léase: influencia de las nuevas tecnologías  en los modos de relacionarse que implican (móviles, chats, facebook) , las nuevas adicciones( internet,...), nuevas formas de autoridad d ela sociedad actual.
Por último , que sea una etapa delicada debe tenerse en cuenta no solo desde la vertiente de la irrupción hormonal y los cambios vertiginosos que se operan en el cuerpo; sino porque el púber vive el drama que ni la familia ni el grupo cubren completamente sus necesidades afectivas que además son muy intensas en esta época de su vida.Están deambulando entre la necesidad de crear su nueva identidad dejando de lado los modelos de la infancia y por eso se manifiestan rebeldes “sin causa” y la necesidad de buscar /encontrar otras referencias en el exterior.


En la “pre-adolescencia” esta crisis de crecimiento no siempre se presenta con tanta intensidad aunque haya nenes y nenas que a causa de los vertiginosos  cambios sociales de  la época parecieran “adelantarse” en el tiempo y al hacerlo ponen de manifiesto las características típicas de la entrada en la adolescencia.


domingo, 20 de noviembre de 2011

El Dret dels Infants post-moderns/ 20 de novembre


El Dret dels Infants post-moderns
Verónica Bronstein Smud
http://www.totsantcugat.cat/ca/notices/2011/11/dret-dels-infants-post-moderns-3615.php
El 20 de novembre se celebra el Dia Universal dels Infants commemorant l'aprovació de la Convenció sobre els Drets dels Infants en 1989
Els nens d'avui són molt diferents als de 22 anys enrere. Les condicions socials, econòmiques, educatives, familiars han evolucionat molt des de llavors, produint importants canvis que afecten el desenvolupament de la infància. Avui, m'agradaria esmentar alguns temes als quals s'enfronta el nen post modern, sense fer un judici moral, sinó convidant a conèixer les noves realitats.

Els drets parlen de guerres. Afortunadament els nostres infants no viuen en situacions bèl·liques, però molts d'ells ocupen bona part de la seva vida emocional intentant entendre conflictes mal resolts pels adults. És freqüent escoltar "Si abans discutien i es van separar, per què ara segueixen discutint?", "Entenc que se separin si no poden viure junts, però llavors perquè segueixen sent amics i fent vida junts?". La custòdia compartida comença a ser part de la pròpia infància o la dels companys de classe, la qual cosa es tradueix a "viure en dues cases " o en un augment de separacions " tan amistoses", que els nens no poden acabar d'entendre-les.

Les constants reformes educatives són un altre exemple de com els nens van a remolc de xifres, estadístiques, mala conciliació familiar laboral, etc. Si analitzem, molts d'aquests canvis, incloent la polèmica sisena hora, no s'han realitzat pensant en les seves necessitats i "Drets dels infants" sinó en qüestions polítiques o econòmiques.

Quant a l'accés a la salut, arriben temps difícils i les conquestes en aquests terrenys patiran retallades- Tindrem nens que accediran a un nivell alt de salut i uns altres que no. En l'àmbit de la salut mental, veiem amb preocupació que hi ha una tendència creixent a donar medicació a nens des d'edats molt primerenques o reeducar conductes en lloc de buscar les causes emocionals del símptoma per poder resoldre el malestar.

Els nostres nens no realitzen" treball infantil", però observant com l'esport va convertint-se en un espai de prestigi econòmic i social, unit a la tensió en algunes famílies, valdria la pena protegir més als menors i que tornin a jugar pel plaer de jugar amb amics i sentir-se menys pressionats. Els entrenaments obligatoris 3 vegades a la setmana com a condició per jugar el dissabte són realitats del dia a dia en nens petits... i també a la nostra ciutat.

És curiós observar que les seves necessitats internes, en canvi, romanen intactes: ells manifesten les necessitats de ser cuidats, respectats i estimats per la seva família. Perquè segueixen valorant que el més important per créixer i ser feliços, és la família. El Dia de la infància és una manera de recordar-nos que àdhuc ens queda molt per recórrer. A Sant Cugat, una ciutat plena d'infants, tenim l'oportunitat de treballar, construir i cuidar-los a través de polítiques i decisions de proximitat. Però és important recordar que la realitat d'un nen és transversal: li afecta la salut, l'educació, l'economia, l'habitatge, etc. Cal crear espais de diàleg interdisciplinaris, transversals entre agents i entitats que ens ocupem de la seva atenció a la ciutat. Una vegada més estenem la mà a tots els qui vulguin acompanyar-nos per traduir la reflexió amb projectes reals i possibles els quals venim desenvolupant des de fa 9 anys

Versión en castellano:
LOS DERECHOS DE LA INFANCIA POST-MODERNA
Verónica Bronstein

El 20 de noviembre se celebra el Día Universal de la infancia conmemorando la aprobación de la Convención sobre los Derechos de los Niños.
Los niños de hoy son muy diferentes a los de 22 años atrás. Las condiciones sociales, económicas, educativas, familiares han evolucionado mucho desde entonces, produciendo importantes cambios que afectan el desarrollo de la infancia. Hoy, me gustaría mencionar algunos temas a los cuales se enfrenta el niño post- moderno, sin hacer un juicio moral, sino invitando a conocer las nuevas realidades.

Los derechos hablan de guerras. Afortunadamente nuestros niños no viven en situaciones bélicas, pero muchos de ellos ocupan buena parte de su vida emocional intentando entender conflictos mal resueltos por los adultos. Es frecuente escuchar "Si antes discutían y se separaron, por qué ahora siguen discutiendo?", "Entiendo que se separen si no pueden vivir juntos, pero entonces porque siguen siendo amigos y haciendo vida juntos?". La custodia compartida empieza a ser parte de la propia infancia o la de los compañeros de clase, lo cual se refleja en "vivir en dos casas " o en un aumento de separaciones " tan amistosas", que los niños no pueden acabar de entenderlas. 

Las constantes reformas educativas son otro ejemplo de como los niños van a remolque de cifras, estadísticas, mala conciliación familiar laboral, etc. Si analizamos, muchos de estos cambios, incluyendo la polémica sexta hora, no se han realizado pensando en sus necesidades y en los "Derechos de los niños" sino en cuestiones políticas o económicas.

En cuanto al acceso a la salud, llegan tiempos difíciles y las conquistas en estos terrenos sufrirán recortes. Tendremos niños que accederán a un nivel alto de salud y otros que no. En el ámbito de la salud mental, vemos con preocupación que hay una tendencia creciente a dar medicación a niños desde edades muy tempranas o reeducar conductas en lugar de buscar las causas emocionales del síntoma para poder resolver el malestar.

Nuestros niños no realizan" trabajo infantil", pero observando como el deporte va convirtiéndose en un espacio de prestigio económico y social, unido a la tensión en algunas familias, valdría la pena proteger más a los menores y que vuelvan a jugar por el placer de jugar con amigos y sentirse menos presionados. Los entrenamientos obligatorios 3 veces a la semana como condición para jugar el sábado son realidades del día a día en niños pequeños.

Es curioso observar que sus necesidades internas, en cambio, permanecen intactas: ellos manifiestan las necesidades de ser cuidados, respetados y estimados por su familia. Porque siguen valorando que lo más importante para crecer y ser felices, es la familia. El Día de la infancia es una manera de recordarnos que aun nos queda mucho para recorrer. En Sant Cugat, una ciudad llena de niños, tenemos la oportunidad de trabajar, construir y cuidarlos a través de políticas y decisiones de proximidad. Pero es importante recordar que la realidad de un niño es transversal: le afecta la salud, la educación, la economía, la vivienda, etc. Hay que crear espacios de diálogo interdisciplinarios, transversales entre agentes y entidades que nos ocupamos de su atención a la ciudad. Una vez más extendemos la mano a todos quienes quieran acompañarnos para traducir la reflexión con proyectos reales y posibles los cuales venimos desarrollando desde hace 9 años.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Más juego, menos actividades extraescolares

Más juego, menos actividades extraescolares

La obsesión por tener unos hijos preparadísimos y detectar sus talentos llena su agenda de extraescolares y les deja sin tiempo para jugar. Sin embargo, dicen los expertos que un niño que no juega no aprende, ni desarrolla habilidades emocionales y sociales básicas para el mundo laboral

ES | 16/09/2011 - 09:59h
MAYTE RIUS


Hace algunas décadas, los niños salían de la escuela, pasaban por casa a recoger la merienda y se marchaban a jugar a la calle con amigos y vecinos hasta la hora de hacer los deberes y cenar. Hoy, salen de clase y meriendan raudos mientras se cambian de ropa (muchas veces sobre la marcha, en el coche) o de mochila en función de si les toca ir a hacer deporte, a aprender inglés o a tocar un instrumento. “Para que pierdan el tiempo en casa, jugando o viendo la tele, mejor que aprendan algo o que hagan deporte”, defienden muchos padres. Pero jugar, según enfatizan los expertos, no es perder el tiempo. Muy al contrario, es un tiempo fundamental para el aprendizaje, una inversión de futuro, y la carencia de tiempo de juego tiene consecuencias indeseables. No es sólo que una agenda repleta actividades organizadas de 8 o 9 de la mañana a 8 de la tarde, de lunes a viernes y con extensiones el fin de semana (partidos, exhibiciones, etcétera) esté teniendo como resultado niños estresados, empachados de información y actividad, con dificultades para concentrarse o para la lectura, incapaces de disfrutar del momento y siempre preocupados por la siguiente actividad, por la próxima novedad… Es también que unos chavales absolutamente planificados y dirigidos por adultos no saben qué hacer y se aburren si alguien no les organiza el tiempo o el juego, tienen poca capacidad de decisión, escasa creatividad y nula propensión a inventar o descubrir, y les resulta difícil relacionarse, negociar con sus iguales, trabajar en grupo, autorregularse o resolver sus problemas solos.

“Cuando jugabas en la calle libremente, con otros niños y niñas, aprendías de forma natural a superar la frustración sin derivarla en agresividad –por ejemplo, cuando corrías poco y no te querían para jugar al rescate–, a dilatar la gratificación ¬no podías saltar a la comba hasta que te tocaba–, a relacionarte sin que los demás se plieguen siempre a tus caprichos… Si los niños juegan con sus padres, puede que estos les dejen ganar, jueguen a lo que ellos quieren o según sus intereses; pero en el juego entre chavales, si no sigues las normas te dejan fuera; si no te comportas bien o eres agresivo te quedas al margen…y así aprendes a integrarte”, explica Petra M. Pérez, catedrática de Teoría de la Educación de la Universitat de València. Y añade que cuando los niños jugaban más entre ellos de forma espontánea había menos problemas en el colegio porque fuera ya habían aprendido las reglas de interacción, el autocontrol y a dilatar la gratificación.

Claro que hoy los niños también comparten juegos con sus amigos en la escuela y en las actividades extraescolares. De hecho, muchos piden a sus padres que les apunten a extraescolares para ir con sus amigos, sobre todo cuando la alternativa es estar solos en casa. Pero la socialización que se desarrolla en estos entornos reglados, dirigidos, es distinta. Cuando hay profesores y monitores de por medio, “las normas vienen desde fuera, las actividades están regladas y dejan poco espacio a la creatividad y a la relación espontánea, y los niños no pueden aprender igual las consecuencias de lo que hacen o deciden”, apunta Petra M. Pérez. En su opinión, hoy que la mentalidad es preparar a los hijos para el futuro y la deseabilidad social es tener unos hijos exitosos y con estudios, “los padres deben saber que, más que aprender muchas cosas, sus hijos deben jugar, porque eso les proporciona aprendizajes básicos para el desarrollo de la personalidad, de su creatividad y de su capacidad de innovar y de buscar soluciones a los problemas”, que son habilidades imprescindibles para que luego triunfen a nivel profesional.

Purificación Sierra, profesora de Psicología del Desarrollo de la UNED, enfatiza que el juego espontáneo entre niños es un ensayo para la vida adulta y permite desarrollar las habilidades relacionales y emocionales que facilitan una vida social sana al hacerse mayor. Y por si alguien cree que ser más o menos sociable es baladí, Petra M. Pérez remarca que la falta de relación social durante la infancia está complicando ya a la vida a algunos jóvenes. “Hay muchos chavales, en especial hijos únicos, que de pequeños no han tenido relaciones de complicidad y de enfrentamiento con amigos y hermanos, y que al crecer recurren al botellón o se refugian desde los 13 años en una relación de pareja por miedo escénico a los iguales; lo veo también en algunos becarios universitarios con los que trabajo: jóvenes que se han centrado mucho en sus estudios pero no se han relacionado y no saben compartir ni desarrollar propuestas en equipo”, comenta.

Pero los argumentos de educadores y psicólogos en favor del juego no acaban ahí. Para quienes creen que lo importante son los conocimientos y que lo que prima hoy en la sociedad es estar preparadísimo, acumular muchos conocimientos y que los niños aprendan cuanto antes, más y mejor idiomas, música, ajedrez, informática, etcétera, puede resultar chocante leer Einstein nunca memorizó, aprendió jugando. En realidad es el título de un libro en el que las especialistas en psicología infantil Kathty Hirsh-Pasek y Roberta Michnick Golinfkoff echan mano de sus investigaciones para asegurar que jugar es igual a aprender, y que jugando se aprende de todo: desde a resolver problemas de forma creativa hasta capacidades matemáticas y habilidades lectoras.

Joan Doménech, director de la escuela Fructuós Gelabert de Barcelona y autor de Elogio de una educación lenta (Graó), advierte que, en educación, más no es sinónimo de mejor. “La capacidad de aprendizaje es limitada, y aprender es un proceso lento, que requiere sus tiempos: un tiempo de hacer, un tiempo de conversar o deliberar, y un tiempo de no hacer nada, de reflexionar; y ese último es el tiempo de juego”. Imma Marín, pedagoga y directora de la consultora especializada en juego y educación Marinva, lo llama tiempo de digestión: “Los niños de hoy reciben mucha información y muchos estímulos, es decir, comen mucho; pero tienen poco tiempo de relax para hacer la digestión y se empachan de exceso de actividad; porque para asimilar los aprendizajes y las experiencias, para que sirvan de nutriente, hace falta tiempo, y ese tiempo de digestión nos lo proporciona el juego: mientras juega, el niño puede interiorizar, poner en práctica y relacionar lo vivido durante el día y los conocimientos recibidos”. Y pone un ejemplo: “la ley de la gravedad te la explican en la escuela, pero la aprendes haciendo torres y construcciones de bloques que se caen”.

Doménech es tajante: “Los niños que no juegan no aprenden”. Y precisa que cuando habla de juego no se refiere a juegos didácticos o educativos, sino al juego lúdico, sin más. “Estamos colonizando el tiempo de los niños; su agenda es un reflejo de cómo ocupamos los adultos el tiempo, y queremos que todo sea organizado, que todas sus actividades sean desarrolladas con personal cualificado, siguiendo el modelo escolar; pero el aprendizaje más efectivo se hace fuera de la escuela, jugando, sin límites horarios, sin reglas…”, afirma el director de la escuela Fructuós Gelabert.

La psicóloga Purificación Sierra apunta que las actividades extraescolares han convertido un tiempo de ocio en una obligación infantil más porque tienen una finalidad, unos objetivos cuantificables y no son un mero disfrute en sí mismo. En este sentido, Imma Marín señala que “el juego es importante en la medida en que sea juego libre, en que los niños tengan un tiempo y un espacio psicológico en el que exista margen de error, donde no se sientan juzgados y sean libres de probar y experimentar; eso es fundamental, porque no se puede crear e innovar sin pasar por el error, pero la escuela y la sociedad castigan el error, y el único marco en el que puedes probar y probar, y pasar por fracasos sin que ocurra nada es el juego; porque el juego prima el proceso, como por ejemplo cuando un niño, sin ayuda de nadie, persevera una y otra vez para intentar bailar la peonza o hacer el pino”.

Tampoco es que los niños se hayan de pasar el día jugando a sus anchas con sus amiguitos; ni que el juego espontáneo y las extraescolares sean actividades excluyentes. Se trata de compatibilizar. “Lo importante es no sobresaturar a los niños con extraescolares para que tengan tiempo de juego espontáneo, en el parque o en casa, sobre todo hasta los diez años”, indica el psicólogo Benjamí Montenegro, del Equip Psicològic del Desenvolupament de l’Individu. El problema, según coinciden todos los expertos consultados, es que con frecuencia la elección de las extraescolares no responde a una necesidad o a un interés del niño, sino de la familia, ya sea para cubrir las jornadas laborales de los padres o sus expectativas culturales, deportivas, artísticas… Incluso los pediatras han intervenido en este debate instando públicamente a los padres a que “piensen en su hijo y con la cabeza” a la hora de pedirles un esfuerzo extra en idiomas, deportes o lo que sea. “Los padres no se deben plantear el desarrollo de estas actividades como una carrera contra reloj; deben pensar que los niños necesitan tiempo para descansar y para jugar y no sobrecargarles de obligaciones”, asegura una nota conjunta de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

Montenegro defiende la necesidad de organizarse para que alguien pueda recoger siempre a los niños a la salida del colegio para llevarlos a casa, al parque o donde sea, y así no elegir las extraescolares en función de que el horario vaya bien a los padres. Su criterio es que, hasta quinto de Primaria, lo mejor es una actividad de carácter deportivo, no competitiva, y, como mucho, otra intelectual (siempre que el niño no tenga problemas de aprendizaje en la escuela). Y, a partir de la ESO, su receta es una hora semanal de conversación en inglés y, como máximo, una extraescolar más –sea deportiva o intelectual– para dejar tiempo para el estudio y que vayan aprendiendo a estar solos en casa y a organizarse por sí mismos.

Imma Marín aconseja escoger extraescolares lo más lúdicas posibles, que no resulten competitivas ni se esperen de ellas resultados, y al mismo tiempo montar una red con familia, amigos, vecinos u otros papás para que, al menos una tarde a la semana, los críos puedan jugar con uno o dos de sus amiguitos en casa de uno o de otro.

En realidad, irse a jugar a casa de fulanito o de menganito era algo habitual, que surgía de forma espontánea y natural, hace unas cuantas décadas. A la vuelta del cole uno llegaba a casa acompañado y decía “mamá, que viene María a merendar”, y listo. Pero hoy, las jornadas laborales de padres y madres, los hábitos de vida, el urbanismo de las ciudades e incluso la tipología de las viviendas lo complica bastante más y obliga a organizar estas citas infantiles de antemano. En Estados Unidos se han puesto de moda, con el nombre de play day, y muchos padres y madres se organizan en su trabajo para, un día a la semana o cada quince días, acabar antes la jornada y poder recibir en casa a algún amiguito de su hijo o hija acompañado de su papá o su mamá. “En París algunas familias también celebran ya el play day: mientras los hijos juegan, los padres charlan y se toman algo”, confirma Marín. Es más que probable que esta vuelta a las viejas tardes caseras de juegos no sea ajena a la fuerte crisis económica que aqueja a los hogares. Pero, a la vista de los argumentos de los expertos, los beneficios que de ellas cabe esperar van mucho más allá de un menor gasto familiar. Si la práctica se extiende, quizá permita también contrarrestar el claro descenso del juego familiar y escolar que ponen de manifiesto los datos del Observatorio del Juego Infantil en España y que se atribuye, además de a la escasez de tiempo de los padres y al aumento de las extraescolares, al mayor consumo de televisión e internet ya que la compra de juguetes está muy limitada a los regalos de Navidad y Reyes.

Jugar, una necesidad vital y mucho más
Psicólogos y pedagogos no dejan lugar a dudas: el juego es una necesidad vital de la infancia, como respirar o comer. En las culturas primitivas ha sido siempre el principal instrumento educativo: jugando los niños aprendían de forma natural los valores, normas y formas de vida de los adultos, a controlar sus sentidos, sus movimientos y sus incipientes sentimientos, a explorar el mundo. Hoy, respecto a épocas anteriores, el juego es un bien escaso, a pesar de que nunca como ahora han estado estudiados y loados sus beneficios y contribuciones al desarrollo infantil.

Mejora la autoestima. Poder organizarse de forma autónoma, superar retos, ganar una carrera… y todo sin ayuda de adultos eleva la moral y enseña a resolver situaciones inesperadas.

Transmite valores. Insistir una y otra vez hasta dominar el yo-yo implica perseverancia. Jugar con otros exige compartir, ya sean ideas o propiedades.Y obliga a negociar, a pactar y a veces supeditar los propios intereses. También facilita el posicionamiento moral.

Da agilidad. Los juegos infantiles contribuyen a desarrollar actividades psicomotrices de todo tipo y muchos de ellos también trabajan la agilidad mental.

Socializa. Jugar supone aceptar las normas –ya sean las de una partida de chapas o las de una persecución de policías y ladrones–, acordar quién regulará las trampas, saber resolver conflictos, tomar decisiones en función de ciertos liderazgos o de la mayoría… Se aprende a interactuar con otros: a escuchar, a discutir, a pelearse, a reconciliarse.

Fomenta el autocontrol. Jugar con otros niños obliga a aceptar los límites que los demás imponen y a canalizar la frustración sin agresividad, porque si no aceptas las reglas o no te comportas de forma adecuada, los otros te dan de lado y no juegan contigo.
Fija los aprendizajes. Jugar permite a los niños asimilar y poner en práctica los conocimientos adquiridos, experimentar por sí mismos lo que en la escuela o en casa les cuentan y descubrir cosas nuevas.
Desestresa. Jugar es una fuente de placer y satisfacción, favorece la descarga de tensiones y da la oportunidad de expresar sentimientos y emociones. Jugando uno puede equivocarse sin miedo al castigo, sin presión por un posible error.
Es creativo. El juego permite el error, admite lo irreal, las incongruencias… Admite inventar personajes, construcciones o lugares inexistentes. Potencia la imaginación, la creatividad, la innovación.
Favorece la comunicación. Mientras los niños hablan de a qué jugarán, piensan y comentan la historia, reparten los papeles y se organizan para poner en marcha el juego, aprenden a expresarse y trabajan el lenguaje.
Enseña. El juego es un ensayo para la vida adulta. Y no sólo el juego simbólico, es decir, cuando se juega a cambiar de ropa a las muñecas, a comprar y vender, a médicos o a bomberos. También cuando se pactan los límites para el escondite, se discute porque alguien hace trampas con las cartas o se reparten tareas para hacer un castillo de arena se están ensayando recursos que serán fundamentales al crecer.
La agenda equilibrada
Tiempo libre. Que los niños aprendan a tocar el piano, a jugar al ajedrez, a hablar chino o artes marciales no es malo. Lo malo es que todo su tiempo libre esté pautado y con adulto dirigiéndoles. Los niños necesitan tiempo libre de verdad, un espacio para vivir a su aire y poner en práctica lo que han aprendido, su imaginación, su capacidad de decidir… su autonomía.
Actividades gratificantes. Cuando los padres necesitan que su hijo alargue la jornada escolar con otras actividades, deberían negociar con él algo que resulte gratificante para el niño y sea lo más lúdico posible, sin exigencias de nivel, diplomas, medallas o cinturones. A veces son las expectativas paternas o maternas las que convierten la extraescolar en una obligación más.
Contención. Cada actividad extraescolar en sí misma no es mala. El problema es la saturación. Lo ideal es una actividad deportiva (un deporte de equipo si les cuesta relacionarse) y, si se quiere algo más, una intelectual. Siempre deben quedar tardes libres.

Facilitar el juego. Un balón, unos patines, una cuerda… pueden dar mucho de sí en las visitas al parque y servir de estímulo para que los niños, incluso los más pasivos, se arranquen a jugar y entren en contacto con otros. Pero facilitar no es intervenir. Los padres no han de organizar el juego, regular las normas, ni intervenir en sus disputas. Los niños han de llevar la iniciativa, disfrutar del proceso, poder pelearse y sentir que han hecho algo solos.

Tejer una red. Establecer una red social con familiares, amigos u otros padres de la escuela que permita que dos o tres niños puedan reunirse periódicamente para jugar en casa de uno o de otro o desplazarse a lugares donde tengan espacio para jugar juntos.
Liberar el fin de semana. El fin de semana ofrece tiempo para salir al parque o a montar en bici sin estrés, para quedarse en casa tranquilamente jugando o para invitar a otros niños, aunque desordenen. No es obligatorio llenarlo de actividades y salidas programadas.

martes, 18 de octubre de 2011

Temps d'embrutar-se per a créixer



Muchas veces asistimos a escenas en los parques ,dignas de observación , no con fines críticos sino analíticos y reflexivos.
Puede suceder que alguien lleva al niño allí para que juegue y al mismo tiempo que la criatura está subiendo a un tobogán, columpiándose , sentándose en la arena..., se le esté diciendo:"no te ensucies, no toques la arena, no corras, no subas tan alto...".Ante estas reacciones del adulto, cabría preguntarse cuál es la concepción de juego que tiene ese adulto y que espera que allí suceda.
Podríamos pensar como hemos vivido nuestros juegos en la infancia, qué nos fue permitido, que nos fue facilitado , tal vez podamos desde allí acompañar al juego de nuestro niño de hoy.
El juego debe tener ,como condición,una cuota de libertad, ya que si se lo condiciona al extremo deja de ser un juego.

lunes, 10 de octubre de 2011

Temps de joc....

 Un curso, un ciclo más de charlas y hablando del papel y la importancia del juego me he acordado de este artículo de Luis Pescetti, que aquí copio:


El verdadero papel del juego.


El sistema tradicional de educación siempre está preocupado por ser científico, y no sólo científico en general, sino por parecerse a una ciencia exacta.Algún oscuro complejo de inferioridad debe haber detrás de esa errónea pretensión. "Ser científico" da un respaldo que nos vuelve inobjetables: no estamos en el continuamente cambiante terreno de la experiencia humana sino en el de la ciencia con toda el aura de poder que da el "conocimiento objetivo".De esta manera nuestro discurso, al estar respaldado por datos científicos, se vuelve tan cierto como la distancia de la luna al sol o el punto de ebullición del agua.


Así se gastan enormes cantidades de tiempo y energía en hacer métodos y planificaciones que, las más de las veces, se quedan en el intento de querer atrapar la realidad.Esto que tendría que ser una ayuda para ordenar  la tarea, facilitarla , se vuelve un elemento más que hay que atender; no hay que seguir el tiempo del grupo sino el del programa.
Pero no queda sólo ahí: cualquier cosa que se intente hacer con los niños tiene que estar "científicamente" justificada y en relación al programa.Es entonces que aparecen libros de recreación con indicaciones tales como:"este juego desarrolla la memoria y la atención", "este juego desarrolla la coordinación psicomotriz","...la coordinación en el espacio","...el sentido de equipo", como si fuéramos máquinas con botones y engranajes que necesitan tal ajuste, tanto de aceite.


De la misma manera que a los cuentos se los utilizó como vehículo de mensajes morales, a los juegos se los usa con objetivos pedagógicos.Lo repetiremos: las lecciones disfrazadas de juego son unas trampas que el niño siempre reconoce.
Claro que los juegos enseñan, pero es imposible traducir a  palabras todo lo que ocurre en un juego, como es difícil buscar el "mensaje" de un cuento y traducirlo a palabras.Cuanto mejor es el cuento, esto es imposible.
He encontrado libros con excelente material, pero que tenían una lista que aclaraba que desarrollaba cada juego: astucia, agilidad, ritmo, imaginación , concentración, reflejos, gusto por el riesgo, etc. de poco sirve un material bueno si está en función de una idea equivocada.Es un error grave ver al nió como un montón de facultades a desarrollar: memoria, sensorialidad, músculos, etc.


Debemos hacernos dos preguntas:
¿Cuál es la mentalidad que busca la justificación de un juego en el desarrollo de potencialidades(memoria, atención ,etc).
¿Qué visión del hombre es la que, aún sin darnos cuenta,  estamos utilizando y desarrollando?(Una concepción mecanicista ? ¿El hombre como una máquina de producir?).
Este es un aspecto clave para debatir.Al menos para que cada uno tenga en cuenta al servicio de qué idea está poniendo sus esfuerzos.Sólo una sociedad enferma como la nuestra necesita una justificación para permitir el juego.


En el otro extremo están quienes utilizan los juegos como elementos de mero entretenimiento, distracción , de cómo calmar a los niños cuando el grupo está muy excitado.Hacer esto es como utilizar un piano para sostener libros,o una guitarra para hacer leña, se puede pero nos estamos perdiendo lo mejor.


Un juego es una totalidad muy compleja que apunta a una infinidad de aspectos.No es una herramienta de adiestramiento.Se parece más a una obra de arte: nadie ve un cuadro para desarrollar su sensibilidad al amarillo. Podríamos decir que un juego es como una obra de arte, (en la mayoría de los casos: anónima y colectiva.)que sólo existe cuando se la practica y para los que la practican, no para los que la miran de afuera.


Los juegos son importantes porque enseñan alegría , porque nos arrancan de nuestra pasividad y porque nos colocan en situación de compartir con otros.Así como la danza nos cuenta algo que sólo con la danza se puede contar, los juegos enseñan algo que sólo los juegos enseñan y que no se traduce en palabras.Brindan un buen clima de encuentro, una actitud distendida,nos revelan torpezas de un modo que no nos duele descubrirlas, cambian los roles fijos en un grupo, son otra manera de incorporar una necesaria y sana picardía, despiertan, "desactivan la bomba". Por sobretodo , y esto corre el riesgo de sonar a telenovela barata, son un constante mensaje de vitalidad que se graba en quienes lo realizan ,aportan una especie de combustible vital básico.


Al igual que el carnaval nos invitan a que nos olvidemos de nuestra propia cara, de nuestra manera  habitual de ser y nos pongamos otras máscaras, otros roles.Quizás veamos también que en nosotros hay otros y que estos juegos los despiertan a salir y revelarse.Obtendremos por un momento aquello que anhelaba Borges: el alivio de dejar de ser nosotros mismos.


Como señala Jean Duvingnaud, lo valioso de los juegos es que rompen el orden  establecido y nos colocan en una zona, en un "caos" que está más allá de toda preocupación de eficacia, de finalidad, de utilidad.Zona de "caos" que está cargada de intensa vitalidad y de frescura.La justificación de los juegos radica en su misma intensidad, en cierta fascinación perturbadora que producen, en su vértigo.


Una actividad lúdica bien realizada es una poderosa herramienta de cambio. 
Los juegos son herramientas de la alegría y la alegría además de valer en sí misma, es una herramienta de la libertad.




El joc com a eina educativa

Foto: A la dreta, en primer pla, la psicòloga Mariana Salvi
La psicòloga Mariana Salvi va ser l'encarregada, dimecres passat, d'explicar a les mares i els pares que ens vam reunir a l'Escola Josep Pallach de Figueres com és d'important el joc en la vida dels nostres fills i les nostres filles. La xerrada, organitzada per l'AMPA de l'Escola Carme Guasch i Darné i per l'AMPA de l'Escola Josep Pallach, va servir no només per escoltar les explicacions de la conferenciant sinó també per intercanviar experiències entre les famílies. Mariana Salvi va destacar que el joc s'ha de considerar com una eina educativa i va aportar als assistents un document en què apareix tota una selecció d'exemples de jocs per compartir amb els nostres fills i les nostres filles, en funció de cada franja d'edat: de 3 a 5 anys, de 6 a 8 anys i de 9 a 12 anys.http://www.ampacarmeguasch.com/2011/10/el-joc-com-eina-educativa.html

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viernes, 16 de septiembre de 2011

Temps de "desetiquetar"







El niño necesita cuentos que le ayuden a entenderse a sí mismo y a los demás, a descubrir lo que se esconde en esa región misteriosa que es su propio corazón. Chesterton dice que los cuentos son la verdadera literatura realista, dando a entender que el que quiera saber lo que es un niño, antes de preguntar a alguno de esos numerosos expertos que tanto abundan en esta época de "profesionalización " del niño, hará bien en regresar a los cuentos de hadas. Son ellos los que le permitirán asomarse al corazón de los niños y sorprender sus deseos, esperanzas y temores.


Hay una enorme diferencia entre las imágenes que vemos con nuestros ojos y las que se forman en nuestros pensamientos mientras que alguien nos cuenta algo.


¿Cuál es el límite en la literatura infantil? ¿Hay algo que no 
se les deba contar a los niños?
No estoy segura de que haya temas que no se puedan 
tocar; creo que, en todo caso, algunos en particular se 
deben tratar con cierto cuidado. Pienso en cuestiones de 
violencia, por ejemplo. Pero ¿de qué sirve evitar ese tema en
un libro infantil, si luego esos mismos niños van a ver 
violencia en la calle, en Internet, en la televisión o en las
historias que cuentan sus familiares? No se trata de no tocar 
un tema, sino de encontrar la mejor manera de abordarlo. 


Estas historias no solo encierran enseñanzas, también nos devuelven al mundo de la ternura.
La misión de la poesía es volver habitable el mundo, y un cuento crea un lugar donde vivir.









miércoles, 24 de agosto de 2011

Temps de posar límits als diagnòstics estadístics ...

Volem compartir, debatre i consensuar el coneixement clínic -logia- sobre el pathos psíquic -patiment simptomàtic, que no malaltia- a fi de qüestionar l'existència d'una salut psíquica, estadística o normativa, així com la impostura clínica i intel·lectual del desordre, trastorn, malaltia mental. També volem denunciar la imposició del tractament únic -teràpies tipificades per a trastorns formatats- pel menyspreu que suposa a les diferents teories i estratègies terapèutiques, i a la llibertat d'elecció dels pacients. En el moment actual, assistim a l’esdevenir d'una clínica cada vegada menys dialogant, més indiferent a les manifestacions del patiment psíquic, aferrada als protocols i als tractaments exclusivament pal·liatius per a les conseqüències, i no per a les seves causes.

AGRAIREM LA MÀXIMA DIFUSIÓ D'AQUEST PRIMER MANIFEST (A més a més si esteu d'acord podeu signar-lo)                                            

AGRADECEREMOS LA MÁXIMA DIFUSIÓN DE ESTE PRIMER MANIFIESTO y si estás de acuerdo puedes firmar.
http://stopdsm.blogspot.com/2011/04/manifiesto-favor-de-una-psicopatologia.html                              

viernes, 29 de julio de 2011

Temps de lectures d'estiu...

  Dues filles, dos llibres, dos universos desplegats de preguntes.
  Aprofitem l'ocasió de compartir la lectura.
  No és el mateix llegir  tot sol que llegir amb un altre o per a un altre, a més  a més quan llegim amb una criatura, aquesta experiència ens dóna l'oportunitat de conèixer la 
  seva  intimitat, ideals,gustos, inquietuds, els valors que consideren fonamentals.
 Sense adonar'se apareix l'espontània expressió dels seus sentiments.
 Quan alguna referència del que estem llegint en el llibre toca la seva ànima, quan  aquestes imatges s'acomoden el seu interior afectiu i ho  comparteix amb mi s'obre un altre món.


¿Por qué tengo que ir 
a la escuela?

Cartas a Tobías

Por Harmunt Von Henting
Al terminar las vacaciones, cuando ya se anuncia el curso escolar, los niños preguntan a los mayores: "¿Por qué tengo que ir a la escuela?". Hartmut Von Hentig, al despedirse de su sobrino Tobías en el andén de la estación, prometió responderle por escrito.Carta a carta, el pedagogo alemán cuenta cómo los niños de diferentes culturas no sólo aprenden matemática o geografía, sino también a conocerse ellos mismos y así vivir en sociedad. Las cartas de Hartmut a Tobías atraerán a los escolare y ofrecerán sugerencias de gran valor a padres y maestros. la idea de que la escuela nos otorga el carné de ciudadano muestra la importancia que para el autor tiene la educación para la responsabilidad.

El viaje de Teo.

Por Catherin Clement


«-¡Cómo que la existencia de Dios es una pregunta sin respuesta! -dijo Teo, riéndose-. ¿Lo dices en serio? Y ¿cómo logran, entonces, creer en Dios tantos millones de personas en el mundo? ¡Alguna razón habrá!»

De Jerusalén a Benarés, y deteniéndose en Delfos, Estambul, Dakar, Río de Janeiro, Yakarta, Nueva York, Kioto o El Cairo, el joven Teo y su excéntrica tía Marthe darán la vuelta al mundo de las religiones con la intención de encontrar, en cada uno de los lugares visitados, una respuesta distinta a esa pregunta fundamental.
Como si de una odisea espiritual se tratase, este viaje por continentes, culturas, costumbres y ritos sagrados permitirá a Teo el encuentro con diferentes sabios, que abrirán su espíritu y lo prepararán para el verdadero viaje que le aguarda: el de la vida.

La ensayista francesa Catherine Clément (1939) ha vivido siempre en el extranjero y actualmente reside en África. Es autora de numerosos ensayos sobre antropología y psicoanálisis y ha escrito cerca de una docena de novelas, por ejemplo: Por amor a la India, Gandhi, profeta de la libertad, La Sultane, El vals inacabado, La senhora o Vidas y leyendas de Jacques Lacan. El viaje de Teo se ha publicado en una docena de países y ha conseguido convertirse en un auténtico best-seller.




miércoles, 27 de julio de 2011

Temps de bones iniciatives

Pelotas por sillas en clase

Una escuela de la Cerdanya elimina las sillas para fomentar las posturas correctas

LLUÍS VISA - Lleida - 02/02/2011
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La escuela Ridolaina de Montellà (Cerdanya), con tres aulas y 31 alumnos matriculados, ha eliminado en una de las clases las sillas convencionales para fomentar la salud de los niños y corregir las posturas incorrectas y nocivas para la columna vertebral. Hace tres semanas, una profesora decidió sustituir las sillas por pelotas medicinales de goma y la experiencia está siendo tan positiva que la medida podría extenderse a otros escolares del centro si encuentran pelotas más pequeñas.

La idea partió de la profesora Núria Burgada, preocupada por las malas posturas que adoptaban los niños cuando se sentaban en las sillas para trabajar. Primero colocó atriles para conseguir que no doblaran tanto la espalda, después les hizo hacer estiramientos para que mantuvieran una postura más recta, pero como los resultados fueron imperceptibles a la docente, que es la madre del atleta Kilian Jornet, campeón del mundo de esquí y de carreras de montaña, se le ocurrió llevarse a la escuela las pelotas medicinales que su hijo utilizaba en casa para hacer ejercicios de rehabilitación y de equilibrio.
"A veces", explica Burgada, "me había sentado en casa sobre esa pelota y pensé que podía ser la solución al problema que trataba de corregir, por lo que después de las vacaciones de Navidad me llevé dos a clase, una grande y otra más pequeña, para hacer la prueba". Burgada, que tiene en su clase a 13 niños de entre 7 y 12 años, vio el primer día que la pelota pequeña era la que mejor se adaptaba a cinco alumnos de quinto y sexto curso, ya que a los más pequeños les quedaban los pies colgando y no podían mantener el equilibrio.
"Llevan tres semanas sentándose en las pelotas y hemos comprobado que los niños trabajan con la espalda recta durante las seis horas que están en la escuela y además eso no les impide hacer determinados movimientos sin que les perjudique en su salud", señala la profesora. La profesora sonríe cuando se le pregunta si ahora los niños no pierden el equilibrio y se caen al suelo más que antes. "Es lo primero que me preguntan. Todavía no se ha caído nadie, porque cuando se sientan la pelota se achata un poco y tiene más estabilidad", añade. Y como las pelotas son de dimensiones grandes, los niños tampoco las utilizan para jugar o tirárselas unos a otros. "La verdad es que están muy contentos y los más pequeños quieren crecer para poderse sentar en las pelotas como sus compañeros".
De momento, la iniciativa ha gustado a todo el mundo e incluso los médicos y fisioterapeutas consultados la han aprobado, por lo que no sería de extrañar que las pelotas medicinales se introdujeran rápidamente en las aulas para mejorar la salud de los escolares. Por el precio no será, ya que cuestan entre 12 y 9 euros.